Los sistemas hidráulicos no requieren de un trabajo extremadamente complejo para su mantenimiento y conservación, puesto que en ambos casos se cuenta con medios lubricantes que protegen sus elementos y accesorios.
Cualquier sistema hidráulico puede dañarse, ya sea por usarlo a una velocidad excesiva, por permitir que se caliente en exceso, por subir demasiado la presión, o por dejar que el fluido se contamine.
El mantenimiento correcto evitará que se produzcan averías o daños. Atender periódicamente al sistema, corrigiendo pequeños problemas se evitan grandes averías.
Lo primero que un mecánico debe hacer es diagnosticar la avería, para luego determinar si ésta obedece a causas mecánicas, hidráulicas o eléctricas.
Si se realiza una comprobación sistemática y teórica, se puede ir rodeando la avería hasta controlar el punto que se cree es la causa.
Falla en Bombas
- Ingreso de aire a la aspiración
- Obstrucción en el tubo de aspiración
- Filtro de aspiración tapado
- Nivel de aceite bajo
- Bomba o motor con piezas gastadas
Falla en Válvulas
- Regulador no ajusta solo a presión excesiva
- Falta de presión
- Sobrecalentamiento del sistema
- Regulador no regula el caudal
- Fugas